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Foro Prebendado de Tegueste

Conferencia de Clausura: Los inermes Caminos de Tenerife

 Los inermes caminos de Tenerife

 

Me aventuro por los caminos nostálgicos de millones de pisadas, por las texturas intrincadas de este volcán de volcanes que es Tenerife, sobre piedras rayadas por los cascos de bestias cargadas con un jase de leña, junto a los gónganos ahondados por las puntas de los regatones de las hastias que atajan, respiro nuestros matos mientras la aguililla planea sobre los riscos y gorjea el canario de monte, acaricio la era sin trillo y el horno ya frío, me acerco a la fuente seca, a la gambuesa sin cabras, a las derrumbadas paredes de la huerta estéril y arriba me expando en cada asomada, me extasío en la vista y me empapo de natura en el miradero.

Pero cientos de kilómetros ya no esperan. Desaparecen porque el moderno centauto, mitad hombre mitad cuatro por cuatro, se empeña en rodar por una pista construida justo por la línea del viejo holladero.

Se esfuman tramos de caminos claves y de innumerables veredas porque no podemos amparar lo inexistente. Se mantienen invisibles antes de morir. No tenemos un catálogo de esta red a pie que pudiera ser una traba para el ayuntamiento y los urbanizadores.

Aquellos que pasean por los costados de carreteras o aceras urbanas no pueden entender esta pérdida irreversible. -¿Cuantas guaguas vas a coger? Con sorna me pregunta mi urbano vecino cuando le comento que voy de excursión. Lo hace para romper mi quimera. Sabe que para alcanzar los caminos sin piche, primero hay que alejarse sobre cuatro ruedas. Sueño con salir de casa con la mochila por una ciudad llena de vías peatonales que me llevan a los caminos tradicionales, alejados de la prepotencia de los automóviles.

Aseguremos esa red de caminos. No los sepulten, por favor, pero tampoco los mejoren para que pasen vehículos. Recuperar, mantener y nada más. Disponemos de una magnífica herramienta para lograr un desarrollo equilibrado. Será un freno mas al chalet que nació cuarto de aperos, a la anodina casa-salón, a la lepra del adosado y a la urbanización arrasante. Conversemos con la naturaleza, antepongamos la persona a la máquina para que sea un fin el paseo gratificante. Sanea tu mente y evita moverte como ahora: incomodo trago del aparcamiento a la oficina o castigo del doctor para reducir los triglicéridos.

Que tus hijos hereden algo de los caminos mudos recibidos de tus padres: levántate. Carpe diem. Hoy es el día: anda ahora por tu pueblo caminable.

 

Miguel Pérez Carballo

Charla en el Grupo Montañero Nivaria (2001)

Resumido para el Seminario de Tegueste 2008

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